Smartcity, ¿y eso qué es?

Mucho se habla últimamente de las smart cities o ciudades inteligentes, y sirva como ejemplo un vídeo de Febrero emitido en I+ donde hablan de las iniciativas del CISEM o Smart Santander.

Lo primero que me ha llamado la atención, es que aparte de la Wikipedia inglesa, lo más cercano es la definición de la Wikipedia catalana, o que una ingeniería bilbaína haya cogido el dominio smartcities.es para mezclar sus experiencias con aquello relacionado con dicha palabra. Es decir, parece que no existe una definición clara del concepto, y sin embargo es raro no encontrar que tu ciudad ya no se defina como inteligente, o que algunas entidades se aventuren a publicar rankings de las ciudades más inteligentes, con lo que está claro que algún interés de mercado hay detrás de este nuevo buzzword.

Así que volviendo a la wikipedia, partamos de la etimología pura del concepto:

Inteligencia
«capacidad de entender, asimilar, elaborar información y utilizarla para resolver problemas» (Fte: Wikipedia)
Ciudad
Entre otras muchas: «área urbana con alta densidad de población en la que predominan fundamentalmente la industria y los servicios» (Fte: Wikipedia)

Por tanto, con una mezcla bastante burda se podría definir smartcity como…

área urbana con alta densidad de población en la que predominan fundamentalmente la industria y los servicios, capaz de entender, asimilar, elaborar información y utilizarla para resolver problemas

Y es aquí donde aparecen varias componentes interesantes:

Población, industria y servicios.
Por tanto, cualquier actuación encaminada a la generación de inteligencia dentro de una ciudad debe pasar por involucrar a esos tres grupos, o nuestra ciudad tendrá alguna diversidad funcional, porque no será capaz de atender a sus necesidades o problemáticas
Capacidad de recogida y tratamiento de información.
Lo que implica la necesidad de sistemas de captación y análisis de datos. Datos que pueden estar distribuidos en distintas fuentes y formatos, lo que lleva a la necesidad de definir estándares y protocolos abiertos para su intercambio, para impedir de nuevo, algún tipo de diversidad funcional del tipo «no me chilles que no te veo»
Utilización de la información para resolver problemas
¿Y cuáles son esos problemas? Pues evidentemente cada ciudad tendrá los suyos, y lo que es importante es que de forma autónoma y gestionada, la ciudad sea capaz de actuar sobre dichos problemas. Aquí seguro que se nos ocurren miles de ideas: sistemas dinámicos de tráfico para evitar congestiones, sistemas automáticos de regulación de luz, etc.

Está claro que es una visión, como cualquier otra, y que como concepto es apasionante, así que toca seguir observando las iniciativas que van surgiendo en torno al mismo

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